Los datos del paro del mes de noviembre vuelven a constatar, un mes más, que la reforma laboral funciona, pues crece el empleo y su calidad. Aun así, no hay que conformarse: se precisan políticas activas más eficaces para acabar con el paro de larga duración y salarios justos que garanticen el poder adquisitivo de las personas trabajadoras, máxime teniendo en cuenta el incremento de los precios y de los márgenes empresariales. De lo contrario, continuará el conflicto.